Belén Gopegui: “Leer una novela es levantar la mirada del texto y preguntarse cosas”

La escritora madrileña presenta su novela 'Existiríamos el mar'. Asegura que “leer una novela es estar levantando la mirada del texto y preguntarse cosas”.
Diana M. Horta  11/02/2022

 

“Leer una novela es estar levantando la mirada del texto y preguntarse cosas”. Eso es lo que ha buscado siempre Belén Gopegui (58 años, Madrid, 1963) en todas sus novelas desde su destacado debut, La escala de los mapas, en 1993, hasta la más reciente, Existiríamos el mar (Literatura Random House), de 2021. Doce novelas en las que su mirada crítica sobre las problemáticas de la sociedad y el sistema productivo la han convertido en una de las escritoras más respetadas a nivel literario y comprometidas del panorama español.

Yo escribo muy pegada a mi tiempo y muy pegada a lo que está pasando, son novelas contemporáneas”, reconoce Belén Gopegui en el Club de Lectura de Ámbito Cultural, coordinado por el escritor Rafael Caunedo, en la sede de Callao de El Corte Inglés. Ante un grupo de lectores en sala y otros que la seguían en streaming, la escritora madrileña desveló detalles de Existiríamos el mar en los cuales hace una crítica fuerte, al escenificar la vida de cinco personas mayores de 40 años que se ven abocadas a compartir una vivienda:

Podríamos vivir de otra manera. No hay nada que lo impida, excepto una organización social que no nos deja ser. Que la mayoría de personas viva sin angustia debería ser lo normal, y deberíamos organizar la sociedad para que así fuera. Me interesaba hablar de otras formas de convivencia, poner a esos personajes con esas edades tal como lo están haciendo algunos”.

El sistema de vivienda, la precariedad laboral, la convivencia con amigos o extraños como alternativa a la familia, la solidaridad y la lealtad son algunos de los temas de Existiríamos el mar. Precisamente un título sobre el que Caunedo quiso saber su origen:

“Hay una frase de Valle-Inclán en La lámpara maravillosa que dice: ‘El lenguaje hace y a nosotros nos toca deshacerlo’. Luego añadía algo así como, ‘Ay de vosotros que permanecéis presos de la cadena del habla y su tradición tal como os la imponen’. Creo que es así. El lenguaje es algo vivo que lo hacemos las personas y la escritura forma parte de pulsar sus limitaciones. Lo que quería decir con el título no se puede decir de otra manera. Si dijera ‘Podríamos hacer que el mar exista’ no se entendería porque el mar ya existe. Lo que no existe es nosotros siendo el mar. Y al decirlo así se hace posible. No es una utopía, no es un horizonte al cual llegar, sino que está ya aquí”.

Belén Gopegui y Rafael Caunedo en el Club de Lectura por la novela ‘Existiríamos el mar’, de Gopegui, en Ámbito Cultural en febrero de 2022.

 

Sobre el origen o el chispazo del tema de la novela, la autora de títulos como La conquista del aire, Lo real, El lado frío de la almohada y Deseo de ser punk fue más allá hasta llegar a los propios mecanismos de su escritura:

Escribo ficción y la ficción surge de las cosas que van haciendo los personajes, no es tanto que tengo esta idea de crítica y a ver qué actos pongo. Pongo unos personajes a actuar y lo que pueden o no hacer; y lo que se cuenta es lo que van contando, como diría Chesterton, lo que está mal en el mundo y lo que está bien también.

No empiezo con una frase. Miras a la gente que está a tu alrededor, dialogas, lees. Todo eso se va sedimentando y se sedimenta a través de una historia, supongo que por eso soy novelista. Leer una novela es estar levantando la mirada del texto y preguntarse cosas”.

Esa mirada quirúrgica, crítica y combativa de Belén Gopegui la lleva a que algunos la señalen como autora de obras moralistas. Ante eso ella plantea lo siguiente:

“Leí en Twitter que alguien decía que por qué escribían estas novelas moralizantes, si el mundo es horrible y maligno, por qué hay que hablar de lo bueno. Y pensé, ¿no se darán cuenta que las novelas que hablan de lo maligno también son moralizantes? Son mucho más moralizantes porque tratan de algo ya está establecido: que el mundo es malo y no se puede hacer nada. La moralina es justo la moral de lo que ya conocemos. La moralina no es Haga la revolución, eso nunca será moralina. La moralina es pórtate bien, no robes…

Estamos en Europa que es un continente privilegiado y vemos que no estamos en el mejor de los mundos posibles. Seguimos extrayendo plusvalía de otros lugares que no son los nuestros. Pretender que todo va bien solo beneficia a los que le van bien y de que parezca que todo vaya bien”.

Llegado el turno de preguntas uno de sus lectores en la sala le preguntó por la coincidencia de que en estos meses una de las noticias políticas en España es la Ley de vivienda, y si no temía que algunos políticos pensaran que la solución para algunos “progres” podría estar en que las personas en condiciones precarias compartieran pisos como los personajes de la novela. Gopegui no está de acuerdo:

“En la novela queda claro que en ningún momento esas personas quieren vivir en esas condiciones. Hay dos temas que van en paralelo y que se cruzan: uno es la manera de relacionarse al poner en duda la familia en el sentido de que hay otros modelos de convivencia y relaciones. Si algún político dice: ‘ah, estupendo, que la gente comparta casa porque no tiene dinero para pagarse el alquiler’, porque en esta novela se llevan muy bien estaría manipulando el contenido de la novela. No hay nada en la novela que pueda justificar eso.

Otra cosa es que yo piense, no para las personas que tienen este salario y situación, sino para toda la sociedad, empezando por la familia Botín, que sería muy bueno compartir casa. Y que todos los que ganan más de cinco mil euros al mes compartan casa y entreguen sus terceras y cuartas viviendas, o incluso segundas. Entonces podemos hablar que, dada la crisis ecológica, no tiene sentido construir más casas porque con las que hay en España ya hay suficiente. Y que hay gente que vive en pequeñas residencias unifamiliares que preferiría compartir casa si pudiera tener una casa amplia con ventanas, con amigos, pero nunca empezando con los que menos tienen”.

Existiríamos el mar es una novela que Belén Gopegui empezó a escribir antes de la pandemia en marzo de 2020. Durante esos primeros meses la aparcó porque no le resultaba fácil ante todo lo que sucedía. Luego la retomó y, sin duda, la experiencia planetaria de incertidumbres, temores, precariedad, confinamientos y convivencias salieron a flote.

Ante la situación delicada que vive el mundo en diferentes ámbitos y la pérdida de derechos y logros, Gopegui es clara:

Si no se lucha en los lugares de trabajo no llegaremos al paso siguiente. La lucha desde mi punto de vista no tiene que ser solo por mejor salario y mejores condiciones laborales. Estamos en una situación crítica muy grave que afecta a todos los espacios de la vida y, entonces, una de las causas principales que tenemos es el sistema productivo. En la medida en que no recuperemos un poco de control sobre ese sistema productivo, que está destrozando las vidas del medio ambiente, el futuro, el sentido común, no vamos a poder dar la vuelta a esta sociedad donde vivir sea algo razonable. Y una de las formas de hacerlo es esta”.

A la escritora la asalta una pregunta:

“¿No es lo normal que una sociedad sea concebida para que una persona pueda mantenerse? Hay que darle la vuelta a esto de arriba abajo. No basta con estudios y un par de días de la salud mental”.

 

Existiríamos el mar. Belén Gopegui (Literatura Random House).

Puedes comprar el libro Existiríamos el mar AQUÍ.

PODCASTS
Historia con Nacho Ares: 110 años de Nefertiti
AGENDA
ZARAGOZA / GP Ediciones cumple 15 años
PAMPLONA / Exposición dibujo ´Animal Psyque´
CORUÑA / ´La magia de los libros´
BADAJOZ / Ciclo ´En el corazón del Arte´
VALENCIA / Encuentro con escritores: ¨La novela histórica´
MADRID / ´Así Nacen las Canciones´, con Ismael Serano
La mejor música y discos de los artistas invitados en Ámbito Cultural en 2023