Cantabria: un viaje a los albores del arte y a su presente

Unas de las imágenes más famosas del amanecer pictórico del ser humano y de su visión del ocaso en el mundo se hicieron en Cantabria, con 12.000 años de diferencia. En esta comunidad del norte de España están la Cueva de Altamira (cuyas pinturas datan de unos 13.000 años) y el monasterio de Santo Toribio de Liébana donde, en el siglo VIII, el Beato de Liébana recreó el Apocalipsis de San Juan. Cincuenta y cinco kilómetros separan estos dos lugares históricos y culturales “tan importantes para la antropología, las artes, la teología, la filosofía, la leyenda y la literatura”, explica Álvaro Pombo (Santander, 1939), poeta, narrador, ensayista y académico de la Real Academia Española (RAE).

Hay toda una evolución entre los tonos rojizos e inseguros de los primeros atisbos artísticos y el firme y colorido profético de la llegada de las tinieblas. Para el poeta Lorenzo Oliván (Castro-Urdiales, 1968) “si el arte pretende perpetuar la sensación de vida, nada como ver la expresión suprema de esa búsqueda en los bisontes y ciervos vivísimos que plasmaron de forma asombrosa nuestros antepasados de las cavernas”.

Viaje al arte prehistórico

Mano en la Cueva de El Castillo, en Cantabria. /Imagen tomada de la web de la Comunidad de Cantabria Cuevas

Altamira no es el único lugar que lleva a la prehistoria con arte rupestre y mobiliar, en Cantabria, como recuerda Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984). En la comunidad hay una red de siete cuevas visitables que son un verdadero periplo por el Tiempo a través de imágenes que datan de hace 20.000 o 18.000 años. Allí se ve el arte rupestre del paleolítico realizado por los primeros Homo sapiens con diferentes técnicas y motivos: desde sus manos hasta figuras geométricas y símbolos, pasando por representaciones de sus presas de caza como bisontes, renos, ciervos y caballos, pero casi nunca la figura humana.

Un asomo a ese tiempo, de alguna manera, conectado con el presente hace Gómez Bárcena en la novela Lo demás es aire (Seix Barral). El estudio de su región lo lleva a recomendar una de las obras más antiguas: las pinturas abstractas de la Cueva de El Castillo: “Cantabria cuenta con uno de los patrimonios de arte prehistórico más rico del mundo. Entre todas las representaciones que se conservan, siempre he sentido una especial fascinación por las pinturas abstractas, y muy especialmente por las misteriosas formas geométricas que hoy podemos admirar en la Cueva del Castillo. No sólo han revelado ser mucho más antiguas que los bisontes de Altamira; continúan guardando el secreto de su significado, que probablemente no llegaremos a esclarecer nunca”.

Entre pueblos y museos

Centro Botín, en Santander, diseñado por Renzo Piano. /Imagen dela web del Centro Botín

Tras esos viajes en el tiempo por otras cuevas como las de Chufín, Las monedas, Hornos de la Peña, El Pendo, Cullalvera y Covalanas, Álvaro Pombo sugiere una ruta cultural e histórica por “tantos pueblos bonitos cuya arquitectura y paisaje bien vale un recorrido”.

Laredo, a orillas del Mar Cantábrico, es uno de sus lugares favoritos. Para al autor de El destino de un gato común (Destino), Laredo es un ejemplo de la arquitectura de pueblos y ciudades cántabras con edificios de diferentes épocas como son la Iglesia de Santa María de la Asunción, en lo alto de Puebla Vieja, espejo del medievo y el arte gótico. Y allí está Puebla Vieja, con sus calles y edificios del siglo XIII al XVII.

Por la misma costa­­­­­, pero más al occidente, se da un salto de dos siglos en Santander con lugares como el Palacio de la Magdalena y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS) construidos en 1909. El primero fue casa de verano de reyes y hoy es uno de los lugares emblemáticos de Santander, con su estilo ecléctico. El segundo exhibe desde una colección permanente de pintura y escultura de los siglos XV al XX, hasta obras más modernas, que incluye 97 estampas de Francisco de Goya, recién restauradas.

Cerca de allí, en la bahía de Santander, en la playa, parecen esperar dos cetáceos gigantes, entre mitológicos y extraterrestres, cuyas escamas claras cambian de tono según la luz del sol y la luna. Es el Centro Botín, obra del premiado arquitecto Renzo Piano, que aloja las expresiones artísticas más actuales de la colección permanente y de otras exposiciones temporales, además de espacios para convenciones o reuniones culturales que tienen como fondo las aguas del Cantábrico.

De las raíces del siglo de Oro al presente

Estos son unos de los principales destinos culturales, junto a los de aquellos que buscan los lugares originarios de las familias hidalgas de tres grandes escritores del Siglo de Oro: Lope de Vega (1562-1635, cuya familia procedía de Vega de Carriedo, hoy Vega de Villafufre), Francisco de Quevedo (1580-1645, con familia de la aldea de Vejorís, en Santiurde de Toranzo) y Pedro Calderón de la Barca (1600-1681, cuya familia era de Viveda, en Santillana del Mar).

El escritor que Álvaro Pombo recomienda es un cántabro-cántabro de un periodo muy posterior al Siglo de Oro: José María Pereda (1833-1906). “Su realismo y su proximidad al Romanticismo y naturalismo con obas como Sotileza, De tal palo tal astilla, La puchera y Peñas arriba”, señala el académico.

Pero si se ha de mencionar a un escritor este 2022 en Cantabria ese es José Hierro (1922-2002), por el centenario de su nacimiento, afirma Lorenzo Oliván. Un poeta que nació en Madrid, pero a los dos años su familia se trasladó a Cantabria y allí creció, estudió y bebió la vida. Por eso, Oliván, autor de poemarios como Los daños (Tusquets), no duda: “Recomiendo la poesía competa de José Hierro publicada en la editorial Visor. Es un buen modo de asomarse a la esencia del paisaje cántabro, hecho música. En sus versos vibran mar, vientos, montes, calles, gentes. Y, además, cierra ese volumen la invitación al viaje cosmopolita: el salto a Nueva York. Hierro satisface todo paladar, pues se mueve entre lo narrativo y lo alucinado, entre lo realista y lo irracional”. Como en su poema inspirado en su tierra titulado Luz de tarde:

Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.
Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase…
Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas,
guardar estas cosas. Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como esta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.

Agenda cultural de verano y otoño en Cantabria 2022

Centro Botín. Exposición Juan Muñoz. Dibujos 1982-2000. Del 25 de junio al 16 de octubre de 2022.

Museo Marítimo del Cantábrico, Santander. Exposición de Alberto Marco, formada por piezas creadas a partir de residuos encontrados en las orillas de las playas.

VI Festival de Cine de Santander. Cenro Botín. Del 7 al 19 de septiembre.

Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS). Estampas de Goya. Coleccion permanente.

Festival Luz de Música. Faros de Santander, Bareyo, Suances y San Vicente de la Barquera, del 2 al 24 de septiembre de 2022.

Festival La Plaza Santander. Del 14 al 18 de septiembre.

SERIE La vuelta a España en mil culturas

Aragón:  tras los ecos de Goya, Buñuel y Los amantes de Teruel a ritmo de jotas y rock.

Navarra: de los sanfermines de Hemingway a las historias de Pío Baroja y Dolores Redondo, pasando por las brujas de Zugarramurdi.

Asturias: de Menéndez Salmón y la Semana negra de Gijón a la música de Ilegales y Víctor Manuel.

Región de Murcia: de La Mar de Músicas y el flamenco en escenarios históricos, a las aventuras de Pérez-Reverte.

Extremadura: la vanguardia artística en armonía con el mundo clásico romano.

Cataluña: el diálogo de la Historia con el modernismo y el presente.

Galicia: donde realidad, imaginación y leyenda crean un nuevo mundo.

Andalucía: más allá del imaginario universal sin olvidar a Velázquez, Picasso, Lorca, Alhambra…

Castilla y León: un nido de la evolución del ser humano y España y promotora de intercambios culturales.

Comunidad Valenciana: puerta de diferentes futuros, desde los romanos hasta el presente de artes innovadoras.

Canarias:  raíces de la multiculturalidad y la globalización de la historia y las arte.