Javier Ruibal (El Puerto de Santa María, 1955) Premio Nacional de las Músicas Actuales, abarca tras más de tres décadas de carrera, un personalísimo estilo que conecta con todas las músicas del mundo: jazz, rock, música caribeña, flamenco, tanguillos… Es un buscador de aromas, un perseguidor de la fábula y el ensueño, un explorador de la belleza, un acólito de la mística de lo profano. Joaquín Sabina lo ha definido con una sola palabra: un genio.
Tiene un nuevo disco: Paraísos Mejores y nos ha acompañado con sus canciones y poemas en el primer #Lunesdelírica del año de nuestra sala en El Corte Inglés de Callao (14 de enero). Con este motivo (y porque nos encanta su música), le hemos realizado una breve entrevista:
Del tanguillo a la música caribeña de Juan Luis Guerra, a la brasileña de Chico César, a la de fusión de El Puerto de Santa María que hace Glazz y a la música sin fronteras de Fetén Fetén. ¿Cuál es tu punto de unión con todas estas formas de expresión musical?
La búsqueda de una música común, planetaria… Los rasgos de identidad focalizados en la tradición, hace tiempo, merced a las comunicaciones, que han ido evolucionando hacia algo más plural y más libre. Yo practico esa búsqueda desde mis inicios. Claro que los resultados son mejores ahora después de un montón de años de experiencias, unas acertadas y otras no, como es natural.
Cómo se convierte uno en cantautor ¿de dónde tus letras, tu manera de tocar la guitarra o tu cante? ¿en qué momento decides que serás un músico y no un facultativo?
Pues parece ser según dicen los que saben, que tomamos la iniciativa de hacernos una personalidad, una actitud, una profesión, en función de influencias del medio, de cómo nos educan… como soy de una generación puente entre el blanco y negro de la dictadura y los primeros brotes de color y espontaneidad, opté por contarme a mí mismo y a los demás que no quería inmovilidad y reiteración en aquello que me encontré cuando tuve un poco de discernimiento. Así que no rockero, ni flamenco, ni jazzista, ni intelectual… sino todo eso junto y… salga el sol por Antequera. De un atrevimiento inicial ha salido esto que soy hoy, que ni yo mismo lo sé y, al fin y al cabo, qué más da lo que sea si lo que hago es ejercer mi libertad creativa alejándome de todas las etiquetas. Lo de dejar la medicina fue por el bien de todos jejeje: de los pacientes y de los fans.
¿Crees que una paya o una japonesa puede tener el temple o las hechuras de la gran Pastora Imperio? ¿Dónde nacen ahora los flamencos? ¿es preciso que sean gitanos y andaluces?
No lo creo ni lo digo yo, es una realidad. Los purismos se están agotando. En la mezcla está el futuro y sin avanzar acabaremos sucumbiendo.
¿Dónde están los paraísos mejores? ¿conviene ser navegante o habitar junto al mar para emprender su búsqueda o encontrarse con ellos? ¿nos falta aún la humanidad necesaria?
Todo es anhelo y ensoñación. Y los paraísos que ayer nos colmaban hoy han caído en el desgaste y el descrédito. Siempre queremos más y mejor y es bello que así sea. Eso sí, ambicionar no es codiciar.
Además de las colaboraciones cuentas con músicos de primera fila como Federico Lechner, Víctor Merlo, Diego Villegas y todo tipo de sonoridades. ¿Por qué se ha trabajado tanto la producción en este disco?
La producción es de la exclusiva responsabilidad de Javi Ruibal. Le he dejado hacer y me ha devuelto unas canciones mucho más bellas de lo que imaginaba. Hay ahí un trabajo laborioso y una intención de dejar claro que si nos dejan escribir de vez en cuando un renglón en el libro de la música, se hace con lealtad y respeto hacia la obra y hacia el público. No tomar atajos oportunistas ha sido siempre mi lema y Javi lo entendió desde el principio. He tocado con músicos maravillosos y excepcionales, pero nadie como él me conoce y entiende.
¿Cuáles son tus poetas favoritos? ¿Qué libro recomendarías leer a tu mejor amigo?
Me formé leyendo a la generación del 27. Luego algunos cantautores me enseñaron que hay modos poéticos inmediatos que te permiten tener un pie en la poesía y otro en la música. De todos aprendí. No soy persona de devocionario y leo de todo sin complejos ni reverencias. Lo que me llega me llega y lo que no… Recomendaría las novelas Felipe Benítez Reyes (La propiedad del paraíso, El azar y viceversa o El novio del mundo) como una fuente de buen gusto en lo literario, en lo filosófico, en lo humano… Escribe con tanta altura y tanta inmediatez que resulta asombroso.
¿Nos regalarías una canción?
La Geisha Gitana, que está en mi canal de YouTube:
