El lado desconocido de Velázquez y de las mujeres del Siglo de Oro
¿Fue Diego Velázquez un espía? ¿Qué tierra misteriosa quiso descubrir la primera mujer almirante?
Los caminos menos transitados o desconocidos de la historia, tanto de personajes, de épocas o de hechos clave, tienen un espacio en Ámbito Cultural en el ciclo mensual El reverso de la Historia, coordinado por Miguel Zorita, escritor, artista y estudioso de la cultura. Se trata de completar la biografía oficial que suele dejar al margen situaciones o personas incómodas. Miguel Zorita arroja luz sobre el lado semioculto para ayudar a comprender el destino del mundo a través, muchas veces, de la humanización de los personajes idealizados. Diego Velázquez y las mujeres en el Siglo de Oro son los dos primeros temas de El reverso de la Historia.
Miguel Zorita descubre aquí que Diego Velázquez (Sevilla, 1599 – Madrid, 1660) fue mucho más que un maestro del barroco, su papel en la corte lo sitúa muy cerca de los tejemanejes del poder haciendo que su vida y obra estén llenos de interrogantes como en un thriller.
¿Crees que Velázquez intentó representarse, desde el comienzo, en Las meninas?
Sobre esta obra maestra de la pintura hay muchas hipótesis y leyendas, una de ellas es sobre si el artista español quería reflejarse en el momento de pintar este cuadro. Según la radiografía de la obra no es así, pues estas imágenes revelan que en el sitio donde aparece él estaba una mujer o un joven barbilampiño. Lo que indicaría que, en principio, él no pensaba representarse a sí mismo.
¿Repetía Velázquez personajes en sus cuadros?
Sí. Al observarse varias de sus obras se detecta que el pintor sevillano utilizaba los mismos personajes en diferentes cuadros y variaba sus posiciones. Es el caso de los hombres que aparecen en La fragua de Vulcano (1630), pintado en su primer viaje a Italia, entre 1629 y 1631, y La túnica de José que data de después de ese viaje. Los modelos que hacen de cíclopes en la primera pintura pasan a ser los hermanos de José en la segunda.
¿Quién crees que es el joven del retrato que durante muchos años se dijo que era un autorretrato de Velázquez en su juventud?
Todo indica que es su hermano Juan, quien fuera su primer ayudante cuando llega a Madrid. Una prueba sería que es el mismo muchacho que vuelve a pintar en la obra San Juan en Patmos.
¿Fue Velázquez un espía?
Hay pruebas que indican que el pintor español fue pluriempleado. Una carta que Flavio Atti, embajador en Madrid de la duquesa de Parma, Margarita Aldobranini, tiene pistas serias. En ella, el embajador le advierte:
“Digo, que viene a espiar, como lo hace Carlo… que también es criado del rey y si está en Milán la verdadera profesión es el espionaje”. Y termina diciendo que si le pide dinero que se lo dé, y que tenga mucho cuidado con lo que habla delante de él porque luego lo comunicará al rey, al conde duque de Olivares o a quien lo haya fichado.
En esa época, Madrid era como la capital del mundo y, por tanto, un nido de espías. Esa carta es de cuando Velázquez hizo su primer viaje a Italia, en 1629. Siempre se ha dicho que fue un viaje formativo por recomendación de Rubens para que estuviera en contacto con las obras originales de grandes artistas.
¿Y si fue espía por qué lo habría sido?
Diego Velázquez tenía todos los méritos para ser el pintor del rey, pero quien en última instancia decidía era el valido del rey, el conde duque de Olivares. En esas fechas, a Olivares le interesaba tener todo bajo control y con gente de su misma línea. El espionaje podría haber sido sobre cómo funcionaban los temas de sobornos que empezaban a utilizarse, y si, en verdad, surtían efecto. Entonces, este espionaje podría haber sido una prueba para el ascenso de Velázquez.
Las otras mujeres del Siglo de Oro
La historia ha sido muy injusta con las mujeres. En el Siglo de Oro, por ejemplo, quedaron relegadas muchas, pero sus vidas son tan admirables que ha sido imposible borrar su huella.
¿Qué mujer estuvo es la exploración de las Islas Salomón?
La española Isabel de Barreto (Pontevedra, 1567 – ¿?, 1612), quien se convertiría en la primera mujer almirante de la navegación de la historia. Todo empezó cuando, en 1568, Álvaro de Mendaña descubrió, en el Pacífico, las Islas Salomón. Años después necesitó financiación para un segundo viaje con el fin de colonizarlas. Buscando dinero conoció a Nuño Rodríguez Barreto, conquistador de Perú, y Mariana de Castro, de familia pudiente. De Mendaña necesitaba financiación y los padres alguien con buena reputación con quien casar a su hija. Así lo hicieron. Y, en 1595, salieron del puerto limeño de El Callao rumbo a las Islas Salomón. Su esposo murió en el mismo año de salir la expedición, y ella se convirtió en Almirante de navegación en toda la historia. Además, en gobernadora de las Islas Salomón.
¿Qué noble española fue gran mecenas en el Siglo de Oro?
Mencía de Mendoza y Fonseca (Jadraque, 1508 – Valencia, 1554) fue una gran coleccionista de arte y discípula del humanista Juan Luis Vives. Era hija de Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, que se consideraba descendiente de El Cid, I conde del Cid y I marqués del Cenete; y de su segunda esposa María de Fonseca y Toledo. A los 14 años sucedió a su padre como marquesa del Cenete y heredó la gran fortuna y poderío de los Mendoza, junto a la importante influencia que ejercía en la corte por el dinero que aportaban. Sus matrimonios por conveniencia, como era propio de la época con los nobles y grandes fortunas, fueron con Enrique III de Nassau-Breda y con Fernando de Aragón, duque de Calabria.
